jueves, 31 de diciembre de 2015

TXingorra...TXin Tato no paTXamos


Eneko, Arkaitz y Mikel Saez conforman un coctail irrepetible que aúna técnica, fuerza y mentalidad aguerrida.



Cuando abrieron Txingorra (granizo, en la lengua de Sabino Arana) supe que ésta sería una vía para no perderse, pero sobretodo, para temer y reverenciar.
Me quise (auto)engañar con las graduaciones anunciadas, y a punto estuve de liar a Ester para intentarla. Se impuso la prudencia y aplacé el ataque para cuando los astros se alineasen favorablemente.



Hace un par de viernes Nil, con la ilusión y la inocencia propias de la juventud, sucumbió a mis habilidades de narrador de cuentos. Partimos hacia Montañesa con la intención de completar algún proyecto que permanece inacabado, y mientras repasábamos las mejores vías del macizo surgió la posibilidad de repetir Txingorra.
El estado de forma de Nil, que venía de repetir Totxaires sin despeinarse, el grado aparentemente "razonable", y la coincidencia de sus autores con las dos rutas más osadas del macizo (Pitzu de Piztia, y Ver Venir), excitaron nuestra imaginación. El bocado era demasiado apetecible, y a punto estuvimos el sábado de enfrentarnos solos a la bestia.

 La cordura imperó y decidimos aguardar a Tato que vendría el Domingo.
Aprovecharíamos el día para arreglar el segundo largo de la Catalunya Ye yé ahora mucho más directo, donde Nil se exhibiría.




Txingorra surca el muro central izquierdo del Libro Abierto de la Peña, pared con la aproximación más compleja de Montañesa, lejanía que la ha mantenido "virgen" hasta hace poco.


La procesionaria nos acompañará hasta bien entrados los 1800 mts, una plaga que devora los pinos de Oncins y cubre hasta los canchales. Dos horas después de salir del coche, atravesar bosques, remontar tarteras, canales y una trepada, alcanzamos la base de la pared.

Sus habitantes nos dan la bienvenida



Dos chapas solitarias marcan el inicio de la ruta y prometen diversión.
Andamos advertidos: En la segunda chapa "hay que coger aire hasta llegar a la reunión" dice Eneko.

Estoy acojonado porque ya la primera parte del largo repudia a Nil.
Enviamos a Tato que está pletórico, pero la misma sección le obliga a reposar y a tirar de artifo un par de movimientos. Reunión, grita después de superarla y sufrir arañazos, caídas y emociones.

Nil y yo acudimos prestos a la batalla. En apenas diez minutos salimos con las orejas gachas.

La segunda tirada y la quinta son las más exigentes. En una cordada democrática se impone (consensúa en lenguaje político) la voluntad de la mayoría, y la mayoría decide en forma abrumadora endosárselas a Tato.

Navegación define perfectamente el segundo largo. Partes hacia la nada, con la vana esperanza de divisar en la lejanía un solitario bolt que permita orientarte en este océano de roca compacta. Un camalot del 3 permite una alegría momentánea mientras vas alejándote de esa aparente seguridad, sumergiéndote en el mar de gris.

A los 12 mts entra un friend mediano atómico (cam 0,5) desde el que atacar en relativa seguridad el único bolt del largo. De allí y hacia arriba el grado anunciado (6c+) se nos antoja un exceso de humildad. Tato rodeará las dificultades por terreno expuesto y roto. Nosotros de segundo intentaremos el largo. Impresionante, y también difícil.



Una fisura generosa permite "coser" el tercer largo. Supero el trance con dignidad y encadeno. Lo mío es la estrategia en la selección y reparto de largos. Los dos clavos planos de la reunión no me inspiran suficiente confianza, y los refuerzo con un fisu que dejaremos para el rápel inminente.

Cuarto largo, fisura rota al principio hasta alcanzar otro muro de apariencia inexpugnable.

La luz enrojece y anuncia el final del día. 

De nuevo se lo enchufamos a Tato, que aprovecha los últimos destellos para alcanzar la reunión.


Rapelaremos en la oscuridad.
Nos han faltado 3 tiradas pero mis antebrazos están saciados, y mi cabeza saturada. Colmados y satisfechos iniciamos la retirada hasta la base de la pared.

Destrepamos y caminamos.
Un rapel de 8 mts a media canal equipado con un trozo de estática vieja y rígida nos devuelve la tensión. El anclaje es una piedra empotrada de apariencia satisfactoria.

Tato medio destrepa y se agarra.
Es mi turno.
Con cuidado monto un dinámico.
A medio rápel todo se acelera. Mierda, se ha roto la piedra. Caigo 4 metros sobre mis dos piernas que flexiono a modo de resorte. Reboto e impacto de espaldas contra otro bloque. La mochila y el casco me salvan de cualquier daño.
Me levanto. Las manos me arden y la cuerda sigue ahí, anclada de la piedra empotrada.
¿Qué ha fallado?
El bucle del dinámico ha saltado de mi mosquetón y la cuerda pasa en simple por su interior.
No había cerrado el mecanismo de seguridad y un bucle de la cuerda reseca abrió el gatillo por debajo, liberando la vuelta que confiere fricción al dinámico.
En la caída me he agarrado a la cuerda de forma inconsciente. Las manos me arden, despellejadas. Un precio barato para un error grave. La letra con sangre entra.


De regreso a casa, conduciendo, rememoro mis numerosos intentos a vías de estos animales.
Estoy harto de salir con las orejas entre las piernas. Por mucho que entrene, por mucho que mejore, nunca seré capaz de "gozar" despreocupado en una ruta de estos tipos.



Entre cábalas y pensamientos adivino la no existe solución.
Si acaso, la única posible sería conceder la independencia a los vascos, levantar fronteras, exigirles visado y permisos.
Y sobretodo..., éstos... que no pasen

Son buenos. Demasiado.
Cuando repites sus vías experimentas respeto, inquietud y dudas.
Dudas sobre si puedo (o debo) seguir abriendo vías. Una lección de humildad.



miércoles, 18 de noviembre de 2015

Núria, Peña Solano

¡Por fin!
parece que habemus clásica en un paraje olvidado que así permanecerá hasta que calor de la primavera permita regresar





Era la tercera jornada que empleaba para alcanzar la base de aquel espolón que había visto entre dos árboles hace ya cuatro años, mientras deambulaba furtivamente por estas tierras olvidadas de turistas y escaladores.
Visible desde Devotas, a lo lejos, hacia el sur, se erguía un perfil interrumpido por un pino que desafiaba al viento.

Vista general de la zona Norte y Este de Peña Montañesa, 
con Peña Solano en la parte inferior derecha de la foto. 


Junto a Tato y a Manu alcanzamos hace años la base de este trampolín después de errar la aproximación y jugarnos el tipo trepando como cabras, con la agilidad comprometida por pesadas mochilas de abridor. No tuvimos fuerza ni ganas de empezar. Y es que el inicio tampoco estaba claro.

Luichy, ese tipo apasionado, descubridor y divulgador de paredes, percibió el potencial de la zona en sus visitas por la Norte de Monañesa. Con Remi tardaron apenas dos jornadas para inaugurar el primer trazado (de escalada) a Peña Solano, una sucesión de resaltes al Este de la Peña sobre roca desconcertante. Este verano en su blog apareció una foto y un comentario. Mis sensores de alarma se dispararon, sentí la urgencia de algo que se escapa.

Finalmente, en compañía de Ester, invertidas un par de jornadas para abrir y pulir la vía, parece que ha surgido una vía asequible. Lo de clásica lo determinarán sus eventuales repetidores

Ester abriendo L3


El lugar alejado de todo vestigio de civilización, la calidad de la roca (exceptuando algún bloque puntual), el equipamiento moderadamente paternalista, la belleza de ciertos tramos y un recorrido circular que abarca de la aproximación hasta el descenso, configuran un cocktail bien apetecible.

Ester abriendo L2. 
A la derecha aparece el collado de Santa Isabel, 
 donde asoma la cima de Peña de Sin

Ésta es una ruta abierta para primeros de cordada con nivel consolidado de 6b. Con menos quizás se pase... sufriendo o arriesgando en exceso. Un segundo competente en V+/6a gozará porque no hay desplomes ni travesías comprometidas.



En consonancia, el equipamiento pretende bastar para que cordadas en este nivel escalen sin jugarse la vida. Si hemos errado y nos ha quedado algún punto que exige seguro adicional, se comenta, se mete y se acaba el problema.
Quien busque una ruta donde probarse que no escoja ésta; Las hay centenares con mayor dificultad, belleza o exposición.
La vía termina en una cresta, a remontar durante 100 mts
Al Fondo el Cotiella

Descenso andando relativamente cómodo



La Sur de Peña Solano con el macizo del Cotiella a la izquierda


Reuniones a dos bolts de 10x75, algunos con anilla para facilitar una eventual retirada si os sorprende un chaparrón o cualquier imprevisto (cuerdas 60 mts). Los pasos de 6c también protegidos con chapa.

cara Este de Peña Solano, 
con la Collada (donde aparcar) que forma con Montañesa a la izquierda 


Por todo ello se admiten críticas.
No, mejor, se ruegan críticas... de ánimo constructivo


Love climbing.
per la meva germaneta
te la devia!


martes, 10 de noviembre de 2015

Els amics no moren mai

Kike Ortuño, un noi extraordinari.
Demà 11 de novembre farà 15 anys que ens va deixar.

El temps acaba tancant les ferides però els records continuen apareixent, tots bons, nítids.
No fan mal, si de cas provoquen una petita malenconia...

i és que els amics no moren mai

Cim de la Marmolada, Moderne Zeiten (Tempi Moderni), 1998
Què s'amaga darrera aquesta mirada?


Corria l'any olímpic del 92.
Complia l'obligació militar al cos d'Escaladors i Esquiadors d'Osca i vaig coneixer l'Amanci i seguidamente en Dani, un noi entramaliat i divertit que escalava per veure ocells.
El Dani faria de nexe d'una colla d'amics que compartiríem escalades per la vall de l'Ebre, des de Tivissa fins als Ports.

El primer dia que vaig conéixer en Kike ens vam observar des del recel i la desconfiança mútua:
jo era un "pijo de mierda" tou i malcriat; ell un "quillo"endurit pels esforços de la vida.

El Kike provava d'alliberar la via del Diedre que havia obert setmanes abans a la Serra de Pàndols tirant de pedal als passos durs. El llarg tenia un parell de xapes i s'assegurava amb els tres friends que posseíem.


Dotze metres  per sobre del terra, a sis del primer i únic encastador colocat, el Kike vibrava com una corda de guitarra sense atrevir-se a provar el següent moviment.
Els amics contemplàvem l'escena emmudits, pregant en silenci per esvaïr tota possibilitat de caiguda. Tres minuts més tard aquell vailet resoldria el pas a base de testiculina, un dels seus trets més pronunciats.

Tot i que jo no n'entenia un borrall d'escalada, de seguida vaig pensar que aquell noi s'estimbaria .
M'agrada reconèixer que em vaig equivocar de molt!
No era imprudent, tampoc inconscient;
avaluava els riscos milimètricament, i els assumia segur de superar-los.
La testiculina era un recurs al seu abast, mai una passió que el dominés.
Acabaríem rapelant d'un clau cutre i un pont de roca enebrat d'una esquirla d'obús de la Batalla de l'Ebre, preludi d'altres experiències intenses que viuria escalant amb ell.


El rebuig inicial esdevindria respecte i admiració,
amb el temps una amistat incondicional.
Ens convertiríem en companys inseparablesde cordada, en germans. 


Durant els vuit anys que encara ens restaven  ens trobaríem els caps de setmana amb en Dani, el Roland, l'Alex, l'Ignasi, l'Arti, en Jaume, l'Enric, el Sebastià, lo Rubén o el Ramon, i tants altres que venien o marxaven.



Eren temps de joventut innocent, d'il.lusions i descobriments, de sorpreses.

Omplíem els cotxes a rebentar, quatre persones i bultos. Carretera i manta, sense furgoneta.

Cercàvem pallers, corrals o porxos deshabitats per aixoplugar-nos del vent i la pluja.
Coneixíem tots els bars amb llibre de piades per matar les hores fosques dels dissabtes d'hivern, parlant al voltant d'una cervesa i una estufa, tot el que abastava la nostra economia magre.

L'escalada tenia un punt de marginal, de contestatari, no era un aparador on lluir marques o estils, on exhibir graus. 
Encara hi havia línies mítiques amb "dragons" amagats, sobretot a l'hivern o als Pirineus.
via Ravier al Tozal del Mallo, 1993, el Kike ens va treure d'aquell "infern"


Afrontàvem cada via "grossa" com si fos la última, convençuts que ens hi jugàvem la pell, compensant mancances tècniques o físiques amb unes ganes descomunals, amb dosis enormes de voluntat.
Era aquí on el Kike marcava la diferència: Valent com ningú, agoserat i atrevit fins un punt de provocació.


SIN MIEDO NO HAY ESCALADA, la frase que més bé el defineix, una de les seves preferides.
Li agradava adornar les ressenyes amb pensaments que l'havien colpit, amb sentències definitives. Tenia molta habilitat per posar noms ocurrents a les seves apertures.


Incrèduls 



Infierno de Cobardes
una invitació soslajada, una fletxa disparada cap algú concret amb la promesa que ho passarà malament perquè en terra hostil els covards pateixen i moren


Perill d'Extinció
"Si estás pensando en hacer esta vía, te puedes considerar en Peligro de Extinción "
perquè l'artifo extrem ja era llavors una disciplina compartida per ben pocs
i perquè practicar-la sovint ... pot acabar amb el practicant


Vicio
graó rera graó, anava superant les pantalles del joc d'escalar sense expansions, de sentir intensament, un vici, una droga dura que t'acaba posseïnt,

i que finalment t'aboca a El lado Oscuro
l'interior fosc que tots tenim


El Pillo
la darrera via que va obrir, com si intuís un destí del que volgués escapolir-se, conscient que "tan segura está la Muerte de su victoria que nos deja toda una vida de ventaja"


Sota aquesta personalitat instintiva s'amagava una inteligència aguda i una extraordinària sensibilitat per copsar les coses importants de la vida.
Tenia un cor per estimar que no li cabia dins el pit,
i dos collons per enfrontar-se a les adversitats de la feina, l'escalada o de la vida.

"Me acuerdo de una vía cuando me ha gustado mucho, cuando he pasado miedo, o cuando es una mierda. 
En la tuya no he pasado miedo, ni tampoco me ha gustado"
Un moc amb denominació d'origen, real, punyent, i directe com només ell podia ser.

I entramaliat.
dibuix de l'Ignasi


Sovint, quan descobreixo un indret màgic, quan sento intensament el plaer de l'escalada o l'exigència d'un llarg perillós, el seu record s'escola des del fons del subconscient, m'acompanya i m'emociona.

Alguna tarda de novembre em sembla escoltar la seva veu al bar demanant un café corto con dos azucarillos, i enyoro reviure els moments en que somiàvem plegats la propera escalada.


Encara avui 15 anys després de la seva mort, el segueixo trobant a faltar.
Kike, cabrón, ¿dónde te has ido?


martes, 29 de septiembre de 2015

"en construcción"

No, no cierro el blog.

Un simple click me permite escapar de la oficina, del estrés del trabajo.
Me transporta a esos momentos mágicos del fin de semana sin necesidad de viajar, sin levantar el culo de la silla.



Recuerdo que llevo algunos días trabajando de "peón" en "Wisconsin", en Tarraco, en Oregón, en la Catalunya del Sud. Hurgando, investigando, descubriendo largos extraordinarios mezclados con algún tramo terruñoso y herboso que exige una labor agotadora de limpieza.

He visto como Santi y Vicenç pugnaban cada uno por dejar el largo más duro y obligado que el anterior.
El de Matarranya va ganando.

En Sin se ha desmelenado.
detalle ampliación

¿ dónde está Wally ?  ¿ Quien asegura a Wally ?

No coincido con su propuesta de  6a+, 6c/7a (por encadenar y en congruencia con los superiores), IV, 6c, 6b+, 6b,  algunos bolts y una cotación global de ABO Inf (ahí sí).
Santi parece poseído por una pasión y una hiperactividad desbordada, y no reconoce nada más allá del 6b+.
Si las dificultades continúan será ruta de dos días con un magnífico vivac a mitad de pared.

Hace ya tiempo me espetaron que "por debajo de 7a es treking".
Aquí se "escala", nada de paseos.
El grado se convierte en mera (des)orientación

Ya puedo afirmar que NO será una clásica.


Aunque tiene buenas vistas
 y un ambiente estupendo


To be continued

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Los girasoles de Utah

Cuatro días,
un tesoro.


Tormentas de agosto.
Aunque la meteo se torne incierta, siempre quedarán lugares al abrigo del sol y de la lluvia.

Aguaceros en el Piri y los Picos, chubascos en Vercors y los Alpes. Echamos mano de los mapas y el Centro queda a salvo de las bajas presiones. Usaremos "Las 100 mejores escaladas de la Zona Centro" como guía de viajes, una selección de vías amplia en escuelas y estilos


UTAH, o algo parecido

Madrid queda lejos
Girasoles en Utah???

y nos detenemos en  El Barranco de la Hoz, con su paisaje impresionante de paredes de bolillos en la parte inferior, y torres de arenisca en la superior.
humedad precaria en los bolillos

Escogemos una de esas clásicas en cuya recomendación coinciden todas las fuentes,  Pañoleta Blanca, una obra maestra de Santi Llop y Jesús Gálvez por (ausencia de) equipamiento, trazado y estilo.
Ester alcanza la seguridad de la arenisca


No os dejéis engañar por la bondad de las cotaciones: En el 6b sudé hasta caer, y sólo después de estudiar el paso conseguí resolverlo; en el resto de la vía los quintos se pagan caros, los sextos carísimos.
festival de fisuras

diedros 

corners  en "X"

y agonía en los encastamientos


verticalidad en un 6a 


Llevaos cacharros a tuti-plein, esas fisuras golosas de arenisca lo tragan todo  (fisus, dos juegos completos de micros y de camalots hasta nº3 + un 4)



Envalentonados por haber lidiado con fisuras de puños, retomamos el viaje hacia el Centro.
El sábado escalaremos en la Torre de Villarejo un par de clásicas recomendas, una de chapas y otra con algo de autoprotección. Echamos en falta algo de recorrido, y es que 150 metros de pared se quedan cortos para tan largo viaje.


fragancia de YOSEMITE 

Así que, un tanto decepcionados y más que asustados por las temperaturas anunciadas, decidimos probar la Peña del Águila en Galayos. De esta aguja sí teníamos referencias excepcionales. La realidad superó nuestras expectativas.



Degustamos fisuras maravillosas en Tiempo de Cambio, o Sulayr, que por sí solas justifican el viaje.


La aproximación exige un par de horas escasas por el camino clásico de subida al refugio Victory hasta divisar la canal que sube directa a Peña del Águila, que tomaremos durante media hora. Al poco de recorrerla habrá que dejar la canal principal y tomar una gulotilla a la derecha. Una trepada de 80 mts de III (expuesta si se hace a pelo) te conduce a pie de Tiempo de Cambio

Un primer largo excepcional de 6a+ (buff) ,

conduce a una reunión cómoda, donde empieza el largo más bonito que haya escalado en fisura.

Tres movimentos muy duros de placa (por debajo de los bolts) y te plantas en una fisura de dedos que va ensanchándose hasta las manos allí donde desploma.




De nuevo, como si del día de la marmota se tratara, la fisura acabará tumbándome. No será hasta emplazar los camalots un par de metros por encima que resolveré el paso. Es lo bueno de escalar fisuras: si quieres siempre tienes la cuerda por arriba.

Tercer largo, otra joya, no sabría decir si mejor o peor, en cuaquier caso entre los mejores largos de fisura que haya escalado nunca, ambos aquí, en esta ruta. Festival de empotramiento de manos (estrechas) y dedos, bavaresa y algunos cristalitos de cuarzo tamaño big size.

El último largo a no despreciar, una placa bonita de V (6a+ para los no pedriceros) hasta la cumbre. Descenso a rápeles por la vía con alguna variante, o bien por detrás hasta alcanzar la horcadura al Este de la pared, y de allí en un rapel o dos y algún destrepe hasta pie de vía.



Siesta.
Bocata y té.
Y a la carga de nuevo, esta vez con el Camalot del 5

Sulayr.
Primer largo de antología, también para enmarcar junto a los dos anteriores. Un 6b+ potente cuyo movimiento clave es la superación de un techo que curiosamente no se hace en encastamiento sino aprovechando los relieves de ambos lados de la fisura, adiedrada.


Un segundo largo bonito nos conduce al monstruo del lugar, un Off Width (se pronuncia auschwitz...) de 7 metros con caída en repisa. Lo pruebo, subo, meto al "amigo grandullón" y lo arrastro hacia arriba. A unos dos metros de la repisa la fisura se amplía tanto que el cacharro deja de funcionar. Subo algo... miro hacia arriba. Me esperan dos o tres metros a huevo sin poder asegurar de retirada incierta, y de caída ciertamente calamitosa. Evalúo y la cobardía se impone de nuevo. Destrepo y opto por la salida de los cobardes (vivos y enteros), una variante a la izquierda que conduce al collado superior.
La dejaré para otro día, o para otra vida.
Al retirarme recordé  a Kike, quince o veinte años atrás, cuando bajó después de devorar esta largo en apenas quince minutos, vivo, pletórico y satisfecho. Por más años que pasen, siempre serás lo jefe.



El lunes toca volver, y alargamos el regreso con una parada en Riglos.
Popeye, también joya, aunque de estilo absolutamente opuesto: chapas, canto, desplome continuado, cintas y magnesio.
La teníamos apuntada.

Hay que hacerla antes de que se caiga la Visera.
Se caerá... vulnera todas las leyes de la física.



Un pequeño Tour que nos confirma que habitamos el centro de un mundo de escaladas variadas